Siete señales que indican que el perfeccionismo está perjudicando tu trabajo

Ser perfeccionista
Elegí traducir este texto de Luciano Larrossa (*) porque el perfeccionismo es algo que en nuestra profesión de traductores suele estar en pugna permanente con los deadlines exigidos en estos tiempos. Hay algo que tenemos que tener claro: toda traducción puede ser mejorable y no existe la traducción perfecta. ¡Que lo disfruten! ¡Y no sean demasiado perfeccionistas!
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Ser exigente con tu trabajo es una característica positiva. Al fin y al cabo, la exigencia será lo que te permita evolucionar como profesional. El propio Steve Jobs era una de los ejemplos más relevantes en términos de máxima exigencia. Pero tal como en cualquier área de la vida, ser demasiado exigente puede dejar de ser positivo y convertirse en algo negativo.

¿Quién no tiene un amigo que vive postergando su próximo proyecto porque el actual aún no está perfecto?

¿O un colega que insiste en no comenzar un nuevo proyecto mientras el anterior no esté terminado?

El resultado de esto es un perfeccionismo exagerado y es sobre esto que vamos a hablar en este artículo, sobre cómo la intención de hacer todo perfecto puede perjudicar la evolución de tus negocios. Son señales muy simples, pero a las cuales debes estar atento.

1. TE SIENTES CULPABLE POR NO ENTREGAR UN TRABAJO CON LA MÁXIMA CALIDAD POSIBLE
¿Tienes sensación de culpa por no entregar el mejor proyecto posible a tu cliente? Ese puede ser un indicador de un perfeccionismo exagerado. No estoy diciendo que no debes ser exigente con tu trabajo, nada de eso. Lo que pretendo transmitir es que, muchas veces, lo “mejor posible” termina por perjudicar tu plazo, otros proyectos o incluso tu productividad.

En algunas ocasiones, es mejor entregar el proyecto con una calidad un poco inferior, pero lograr cumplir plazos y respetar lo que fue acordado con el cliente.

2. El PLAZO ES SIEMPRE UN PROBLEMA
Una de las razones por las cuales el plazo se convierte constantemente en un problema es porque trabajas tanto, pero tanto en ese proyecto, que terminas entregándolo fuera de la fecha acordada. Para saber si ese es tu caso, lo mejor es que te preguntes a ti mismo:

“¿Durante los últimos 6 meses, cuántos proyectos entregué fuera de término?”

Si has entregado más de mitad fuera de la fecha acordada con tu cliente, lo mejor es que revises tu perfeccionismo.

3. LA PERFECCIÓN ES TU ÚNICO DIFERENCIAL
Lograr un trabajo con buena calidad es un excelente diferencial, pero lamentablemente solo eso no es suficiente. Un negocio no sobrevive “solo” por tener un producto de calidad. Necesita tener un buen servicio al cliente, una buena prospección de clientes, estrategias de difusión en el medios de comunicación, alianzas estratégicas, etc.

En este caso, otra forma para que comprendas si eres (o no) demasiado perfeccionista, es hacer un análisis intrínseco y preguntarte a ti mismo: “¿Será la calidad mi único diferencial?”. Piensa en eso.

4. OLVIDAS EL OBJETIVO PRINCIPAL
Cuando desarrollas un proyecto, este pasa por varias etapas. El briefing del cliente, la propuesta, el desarrollo y, finalmente, la entrega del proyecto. De un modo muy resumido, esto es lo que sucede.

Durante el briefing, el cliente te da las orientaciones para que desarrolles el proyecto. ¡Y es en esas orientaciones es que reside el objetivo principal del proyecto!

¿El cliente quiere un sitio web que venda? Entonces el objetivo principal es la venta.

¿El cliente quiere un artículo sobre cómo adelgazar? Entonces el foco es ayudar al lector a adelgazar.

¿El cliente quiere un vídeo sobre su marca? Entonces el objetivo final es crear un vídeo que represente bien su marca.

Sin embargo, muchos freelancers olvidan el objetivo principal del proyecto y se preocupan con detalles que no aportan a la meta principal de su cliente.

Antes de iniciar cualquier proyecto, debes tener en claro cuál es a meta principal de tu cliente y lo que debes hacer para cumplirla. Luego, el resto pasa a ser secundario.

5. TE GUSTA CRITICAR El TRABAJO DE LOS OTROS
Otro problema de las personas perfeccionistas es que, para ellas, solo su propio trabajo tiene calidad. El resto tiene siempre algún defecto. En esos casos, es necesario entender que los otros profesionales enfrentan varias etapas en sus carreras. El trabajo que estás criticando puede haber sido desarrollado por alguien que está comenzando y, por ese motivo, no presenta una calidad tan elevada. ¡O puede ser un proyecto que tenga simplemente un punto de visa diferente al tuyo, nada más!

6. AÑORAS LA ÉPOCA DEL COLEGIO O DE LA FACULTAD
Lamentablemente, la enseñanza tradicional beneficia mucho el “trabajo arduo” en lugar de la creatividad (salvo raras excepciones, obviamente). Y esa enseñanza termina ayudando a los perfeccionistas, que adoran invertir horas y horas realizando proyectos. Sin embargo, en la vida “real”, trabajar más que otros no es el único diferencial. Será necesario que cuentes con estrategia, visión, una buena administración de tu tiempo y, además, una excelente definición de las metas a corto, mediano y largo plazo.

Si estás siempre comentando que cuando estudiabas en la escuela o en la facultad tenías más motivación para entregar proyectos, analiza si eso no está relacionado con tu exagerado perfeccionismo.

7. TE GUSTA CONTROLAR A LAS OTRAS PERSONAS
El perfeccionismo excesivo no perjudica solo tu rutina diaria: también puede perjudicar a otras personas que trabajan contigo. Un perfeccionista considera que el mundo debe funcionar según sus valores y sus creencias, y todo lo que no cumple con su evaluación de esos conceptos, está equivocado.

Al trabajar con otras personas, es necesario respetar sus puntos de vista y, además, tener una mente abierta para probar nuevas estrategias.

¿Tu socio te aconsejó una nueva metodología de ventas? ¡Pruébala!

¿Un miembro de tu equipo piensa que un software permitirá que tu trabajo sea más productivo? ¡Pruébalo!

Ser menos perfeccionista te permitirá vivir más tranquilo y satisfecho con tu trabajo. Yo vengo enfocándome en esto a lo largo de los últimos años (principalmente en lo que se refiere a la organización y la productividad) y los resultados han sido bastantes satisfactorios.

Jamás dejes de ser exigente, pero no cometas exageraciones.

(*) Luciano Larrosa es Licenciado en Comunicación Social, periodista, escritor y autor exclusivo del sitio Escola Freelancer.



Traducción del portugués al español: Sonia Rodríguez Mella

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